jueves, 17 de septiembre de 2009

Jörg Haider, más peligroso muerto que vivo?

(Este texto fue escrito a finales de febrero del 2009 y por ello algunos de los temas de actualidad tratados en él ya no lo son tanto, pero la idea general sigue pareciéndome importante... está escrito de una forma algo extraña por que lo hice con un minúsculo teclado alemán y usando esa mierda de Microsoft Works)


Aquel fin de semana estaba disfrutando de Viena y de visita en casa de un amigo. Nos despertamos a finales de la magnana después de una noche de discotequeo alternativo, electrónico y post punk, y al echar un vistazo en la red vimos la noticia. Haider ha muerto. Sin duda, exceso de velocidad. En la fachada de la central del Krone Zeitung (periódico de un populismo insultante), un retrato de dimensiones descomunales de ese hombre. Quién era Jörg Haider?

Un político de extrema derecha austriaco que ganó (mala) fama internacional cundo su partido de por aquel entonces, el FPÖ (Partido Austriaco de la Libertad - traducción no literal), entró en el gobierno en una coalición con los democristianos del VPÖ (Partido Popular Austriaco), causando una firme reacción política de disgusto entre los miembros de la UE. Por aquel entonces se zanjó el asunto desterrando a Haider al gobierno regional del estado de Carintia. Su partido ejerce una política de extrema derecha disimulada tras una “simpática” fachada populista. Haider, con cierto talento para el discurso y un aspecto físico muy por encima de la media de la clase política en General, no dudó nunca en hacer declaraciones en un tono estrictamente Neonazi: negación del Holocausto o crítica a la existencia del estado federal austriaco haciendo gala de un pangermanismo inédito en las altas esferas del poder en la Europa desde el final de la II Guerra Mundial, eran a menudo parte de sus discursos. Esto le convertía en un personage molesto para el exitoso FPÖ, al menos en lo que a política federal se refiere. En Carintia se sentía como en casa. Esta región rural al sureste de Austria es, para desgracia de la abundante buena gente que de ella procede y conozco, muy afín al nacionalismo radical. Haider basó su política aquí a apoyar toda manifestación de cultura tradicional germánica, lo que no hubiese sido tan malo si no fuese acompagnado de la marginación de cualquier otro tipo de manifestación cultural, en especial la de la gran minoría eslovena de la zona.
Como suele suceder en los partidos de escasa o ninguna tradición democrática, el FPÖ sufriría una lucha interna entre Haider y otro caudillete llamado Strache (famoso por haber hecho un vídeo de Propaganda electoral en la que ce suelta a cantar un rap). Haider, no dispuesto a compartir la cabeza del partido con naile se retiró a su feudo y fundó un nuevo partido político, el BZÖ (Unió para el Futuro de Austria). Este partido gobernaría Carintia pero no sería demasiado popular a nivel federal hasta las últimas elecciones del 2008. Haider gozaba a la hora de su muerte de una popularidad creciente entre la población austriaca. Gran parte de la culpa la tenían los democristianos y los socialdemócratas que, tras no tener una mayoría Clara en las elecciones anteriores, habían formado una gran coalición de gobierno a la alemana que sólo había sobrevivido 18 meses y que había terminado en catastrófica peleítas infantiles entre ambos partidos. Consecuencia de esto es que los partidos de extrema derecha sumaron juntos un 30% del escrutinio en 2008. Lo bueno es que estos dos partidos, pese a tener programas electorales calcados el uno del otro, jamás unirían sus fuerzas por culpa de dos "Führerkult" enfrentados. A parte de esto está el hecho de que los partidos de centro parecen haber comprendido que la opinión internacional no tolera la sombra de un regreso de las camisas marrones a estas tierras, y que, tal y como anda el mundo, no conviene aislarse.

Durante la semana que separó el accidente mortal de Haider y so entierro ceremonial en Klagenfurth - con la presencia de delegaciones de partidos tan prestigiosos como la Liga Norte o el Front National - se fueron conociendo todos los detalles del cómo de su muerte. Existen tres versiones, todas Ellas ciertas pero con distintos niveles de información. Primero está la versión de los seguidores del "Landesvater" (padre del Estado): conduciendo de madrugada a una velocidad Mayor que la permitida y habiéndole dato la tarde libre a su chófer, Nuestro querido Jörg pierde el control del vehículo en una curva, se empotra contra un poste y muere en el acto. Venía de un acto político e iba camino a casa de so madre para celebrar al día siguiente el cumpleagnos de esta. Luego vino la versión oficial: conduciendo so coche oficial sin chofer, a un mínimo de 140Km/h por una carretera rural con un límite de 70km/h, a altas horas de la noche y con 1,8% de alcohol en sangre, Jörg Haider pierde el control de so vehículo, lo empotra en un poste y muere en el acto. Finalmente esta la versión completa con todas las declaraciones de la investigación policial, nada de lo siguiente son rumores: al salir ya de noche de un acto oficial, Haider da vacaciones a su chófer y se dirige a un bar “de ambiente” en el que es cliente habitual. Tras beber mucho decide irse a casa de so madre. Sus amigos en el bar intentan convencerle de que no conduzca debido a lo borracho que iba, no consiguen quitarle las llaves del coche y le ven irse. En una carretera rural, adelanta a otro coche a gran velocidad, no la reduce y se estampa aproximadamente 150m. más adelante. Las dos últimas versiones fueron mencionadas en los medios de comunicación austriacos en so momento pero, al parecer, la que tiene más vistos de pasar a la Historia es la primera. El hecho de conducir temerariamente en un estado de ebriedad en el cual a la mayoría de nosotros nos constaría andar de pié no parece ser lo más adecuado para hacer de Haider un mártir (costumbre muy repandida entre nacionalistas como el BZÖ). Evidentemente, lo peor para sus seguidores es que Haider tuviese una vida sexual/sentimental paralela, adultera y homosexual. Personalmente me parece que este hecho, de por si, es irrelevante. Quizás podría criticar el adulterio, pero no soy quién para juzgar a nadie por su vida privada. Sin embargo, si tenemos en cuenta que estamos hablando de un personage público/político, casado, con dos hijas y abanderado agresivo de los valores morales de la sociedad católica tradicional y tradicionalista más rancia, no puedo menos que expresar mi repulsa ante tanta hipocresía. A parte de esto, me alegro de que no se llevase a nadie por delante.

No haré como todos los políticos democráticos austriacos que lamentaron la muerte de un “gran político” que generaba mucha “controversia” y con el que “tuvimos nuestras diferencias” pero “que tuvo gran influencia sobre la política austriaca de los últimos agnos” siendo “un gran orador” - lo que siempre dice el personal de dudoso credo político sobre Hitler! No, no me esforzaré en encontrar palabras de elogio para un fascista de marca Mayor, no lamento so muerte. Y sin embargo, so muerte podría poner al sistema democrático europeo en peligro. Sin su persona, el BZÖ queda decapitado y será en el futuro como mucho un partido regional en Carintia - hasta que punto se verá en las elecciones al gobierno del estado de Carintia este agno. Esto significa que el FPÖ de Strache concentrará en un futuro el voto de extrema derecha a nivel federal. Teniendo en cuenta que Austria es gobernada en la actualidad por una segunda gran coalición, que la primera fue un desastre y desgastó mucho a los dos partidos de centro, y que estamos en medio de una crisis económica global,… Para evitar que Austria se sume a Italia y que se resquebrajen todavía más los cimientos de la UE, es necesario que socialdemócratas y democristianos trabajen mucho y seriamente para poder gobernar toda la legislatura de manera fructífera, evitando otras elecciones anticipadas oscurecidas esta vez todavía más por la crisis y que la mayoría democrática de la población austriaca se de cuenta del peligro que corre y actúe/vote en consecuencia. Esperemos que así sea. En lo que a mi concierne, me mudo por diversos motivos en breve a Alemania, donde la situación política da un poco menos de miedo.

La estupidez: patrimonio de la humanidad

(Este texto fue escrito a finales de febrero del 2009 y por ello algunos de los temas de actualidad tratados en él ya no lo son tanto, pero la idea general sigue pareciéndome importante... está escrito de una forma algo extraña por que lo hice con un minúsculo teclado alemán y usando esa mierda de Microsoft Works)

Otro madrugón. Otra vez sentado en un tren camino a Alemania. Otro Café en la estación de Graz, esta vez acompagnado de la lectura del “Standard” - único peródico legible en Austria. La única novedad es un ordenador nuevo con teclado alemán. En los tiempos que corren, las 5 de la magnana (otra vez el teclado alemán) me pareció algo pronto para leer la sección de economía. Dos noticias han llamado mi atención: la radicalización fundamentalista de la iglesia católica y el progreso de la extrema derecha en las elecciones en Israel. Conocen esta situación? Leer el periódico y no ser capaz de sentir otra cosa quer frustración y, sí, un cierto grado de misantropía. Recuerdo una conversación quer tuve hará más de 10 agnos con un tío mio en Francia: yo defendía una posición con respecto a la humanidad muy influenciada por Nietzsche y, he de admitirlo, por el Black Metal, y mi tío una posición compuesta a partes iguales por hippieismo y catolicismo progresista bien intencionado. “Somos todos hermanos.” Lo somos? Muy a menudo me es imposible aceptarlo.

Empecemos por la iglesia católica, que entre muchas otras aberraciones anacrónicas acaba de readmitir en su seno - con ciertas relativizaciones - al obispo británico Williamson, un “revisionista histórico“. Este siniestro personaje, que se cree historiador en un alarmante caso de intrusismo laboral muy común en la iglesia, va diciendo a televisiones suecas que el Holocausto es una mentira. Evidentemente no aporta ninguna prueba y simplemente repite el viejo discurso Neonazi: solo habrían muerto entre 200.000 y 300.000 judíos en campos de concentración - no habría habido campos de exterminio - de las SS. Si esta peligrosa estupidez contuviese el más mínimo resquicio de verdad en si, no quitaría a dicho genocidio su carácter de horrible crimen, pero este escándalo no era el tema de la noticia. El caso es que la iglesia austriaca ha nombrado obispo de Linz (capital cultural europea 2009 en la cual cambiaré de tren más tarde) a un fundamentalista radical apellidado Wagner. Entre otras estupideces este segnor - dicho sea sin el más mínimo respeto - acaba de declarar que “la homosexualidad es una enfermedad mental, curable como el alcoholismo” - otro caso de intrusismo laboral, esta vez en la psiquiatría. Al leer esta cita no pude evitar una cierta sonrisa sarcástica. La equiparación de la homosexualidad con el alcoholismo es de por si una tontería suprema por dos motivos. Para alguien que pertenece a una organización ideológica tan preocupada por La Verdad, esta afirmación es simple y demostrablemente falsa. Por otro lado es curioso que este hombre hable de alcoholismo - iba sobrio al hacer estas declaraciones? El alcoholismo es una enfermedad que no se puede curar. Un alcohólico lo será el resto de so vida y, solo mediante una disciplina férrea y ayuda médica conseguirá reprimir su adicción para evitar una degeneración física y mental que le impediría vivir en sociedad y le llevaría a la muerte. La homosexualidad - y la iglesia católica debería saber de que hablo - puede ser en muchos casos reprimida. Sin embargo los efectos de la represión sexual son los opuestos que los de reprimir una adicción dagnina como el alcoholismo: degeneración mental que engendra enfermedad y perversión. Está perfectamente demostrado que la homosexualidad, siempre que la sociedad que la rodea sea lo suficientemente civilizada y se encargue de solucionar problemas auténticos en vez de llevar a cabo cazas de brujas, no es ningún problema para el desarrollo de una vida normal. La homosexualidad no es ninguna enfermedad. Teniendo en cuenta que estas declaraciones solo son las más recientes de una larga lista de barbaridades vomitadas por el segnor Wagner, me cuesta engendrar el más mínimo sentimiento de hermandad con él y con aquellos que le apoyan o le elevan a un puesto muy importante en una sociedad tan católica como la austriaca. Esto no significa que abogue por exterminar a este tipo de gente y no creo que esté en mis manos el “curarles”. No se si la estupidez se puede curar realmente. El pequegno humanista dentro de mi me dice que sí, que con educación la estupidez se cura, o al menos se reprime, pero no siempre estoy muy seguro de esto.

Pasemos a la situación en Israel. Que sucede en una sociedad militarizada tras decenios de guerra casi constante y basada en gran parte en ideas nacionalistas radicales, que sufre un desgaste del sistema democrático/neoliberal similar al de las sociedades occidentales? Que la izquierda - incluso la más que centrista del laborismo - desaparece del plano político. Quedan para formar gobierno un partido de centro-derecha, los conservadores agresivos del Likud y la más que extrema derecha, xenofoba, militante y muy militarista. Esta última aspira a quitar la ciudadanía a los árabes-israelís que no muestren “lealtad al estado”. Esto privaría a estas personal de los derechos de ciudadanía, tal y como harían los nazis con los judíos en los agnos 1930. Las consecuencias que esto podría tener deberían estar muy Claras. Para empezar tenemos la reacción de la opinión pública occidental ante el asedio la franja de Gaza: la confusión entre los conceptos “judío” e “israelí” que lleva en muchos casos a un discurso simplista y estúpido antisemita y sirve incluso de caldo de cultivo para el “revisionismo histórico” o al menos para relativizar el Horror del Holocausto. El origen de tanta estupidez en todos los campos me parece ser uno que siempre he vuelto a citar: la fundamentación de sistemas ideológico-sociales (palabro) o simplemente de opiniones en una Feindbild. La estupidez es fácil de asimilar si se consigue, a través de simplismo exacerbado, el impregnar en las mentes de las persona una idea de “El Enemigo (común)”. En la historia reciente tenemos al musulmán terrorista asesino, al “ewige Jüde” conspirante, al emigrante maleante, al homosexual pedófilo y perverso, al izquierdista criminal o incluso al hombre blanco represor por naturaleza - por citar a muy pocos. Lo que sucede en Israel no es muy distinto de la alarmante situación política que se vive en gran parte de Europa - en parte trato este tema en mi texto sobre Jörg Haider y la peligrosa situación política austriaca. Podemos concluir que, en el fondo y mal que esto pese tanto a judíos ultraortodóxos y sionistas radicales como a antisemitas de todo tipo, la sociedad israelita no es tan distinta de las demás y solo sufre un condiciones muy duras y propicias para el desarrollo de la estupidez.

Esta estupidez que describo no es nueva pero parece estar recuperando una popularidad que había en parte perdido en la segunda mitad del siglo XX. Sectores de opinión que solían combatirla parecen haber cedido ante Ella, la aceptan o incluso la han hecho propia. Me da la impresión de que cada vez está menos mal visto el divulgar estupideces peligrosas y que aquellos que habrían quemado libros en el pasado se acogen a la libertad de expresión y reciben cada vez más aplausos. Preocupante. Para terminar quisiera citar al gran cantautor francés Georges Brassens: “Il y a peu de Chance quer l’on detronne le roi des conns.” (Es poco probable quer se destrone al rey de los gilipoyas).